koan
Una mañana el anciano, sentado a la orilla del rio, observaba al joven luchando durante horas contra la corriente.
"Maestro, sigo nadando y sin embargo me ahogo".
El anciano le miró y le dijo:
"Sigues nadando y por eso te ahogas".
Diario de una revolución pasiva.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home