mayo 10, 2004

Pasando el tiempo

Su boca se movía a cámara lenta. Su voz era grave. Había volcado su verborreico pensamiento sobre mi durante la última media hora. Cada vez me sentía más incómodo, evitaba mirarle a los ojos, le sonreía periódicamente para no herir su orgullo mientras me marchaba cada vez más lejos de allí. Bebía una cerveza tras otra para conseguir relajarme y adormecer la culpabilidad que siempre me invade en estas situaciones. Decidí bajar al baño para soltar tensión. Al volver le oí hablar por su móvil: "Es un borracho idiota incapaz de sentir interés por nada. En cuanto pueda me deshago de él y voy a verte".
Me senté frente a él como si no hubiera escuchado nada. El comenzó a hablar y yo a sonreir periódicamente. Fue una noche muy larga.

Homeostasis

Para quererte más tendría que empezar a odiar a alguien.